Natalia Andrea  Quiroga

Soy historiadora y curiosa. O soy historiadora porque soy curiosa.

Me formé en historia del arte y en historia general, además de en gestión cultural. Pero también podría decir que soy fotógrafa, crítica de cine, asesora de imagen, maquilladora o especialista en visual merchandising. Y creo que la lista podría seguir.

Todo eso culpa - o mejor, gracias a - lo mismo: esa enorme fuerza que me arrastra a explorar, investigar y aprender nuevas disciplinas, que siempre sumen un punto de vista diferente a mi profesión.

Antes - tengo la suficiente edad para recordarlo - era mucho más tedioso: infinito tiempo perdido intentando meter a empujones esas dos horas de cursada presencial en mi agenda. Para después, solo conseguir colar uno - con suerte dos -cursos por semana. Y eso que tenía la suerte de vivir cerca de los centros de formación, que sino... Claro que de eso ya casi no me acuerdo. El día que descubrí la formación online, de esto ya hace diez años, todo cambió.

Mi segunda carrera de grado la cursé así. También alguna tecnicatura, los idiomas en los que leo material de trabajo, pero también aquella novela que aún no se ha traducido. Aprendí a pintar flores con acuarela y a programar mi propia página web. Incorporé conceptos de storytelling, pero también algunos sobre finanzas y propiedad intelectual, al mismo tiempo que lograba - ¡al fin! - que mi masa madre no salga acida.

Siempre digo que soy un poco anarca por naturaleza – no creo en las fronteras y clasificaciones – y eso se nota en como fue mi formación académica, y lo sigue siendo. Como les dije, mi curiosidad dispersa y la libertad de la formación online me va guiando para incorporar conocimientos de otras disciplinas, conseguir vincular ideas con mi campo profesional y encontrar resultados distintos. Muchas veces tan inesperados como relacionar la botánica, la moda, o la cocina con la historia del arte.

Por eso, nunca digo que algo no lo sé. Simplemente, aún no he hecho el curso para aprenderlo.